viernes, 25 de julio de 2014

Las 9 dietas más absurdas

Las 9 dietas más absurdas




Los cánones de belleza han cambiado a lo largo de la historia, pero las dietas (ya sea para engordar, adelgazar o simplemente mantenerse sano) han existido desde tiempos inmemoriales. Según cuenta Louise Foxtrot en su libro "Calories and Corsets: a history of dieting over 2.000 years", la obsesión por las estrictas rutinas alimentarias se remonta nada menos que a la Antigua Grecia, donde se consideraba que la comida era la base de la salud y el método curativo casi por excelencia.

Claro que las excentricidades en materia alimentaria sólo podían permitírselas las clases altas, cuya vida ociosa les hacía obsesionarse con su aspecto. Hoy, quien más quien menos ha estado alguna vez a dieta, y algunos incluso se han sometido a extrañas (y perjudiciales) estrategias para encajar en los estrictos esquemas de belleza actuales.

Ya no nos sorprende leer cómo las famosas depuran su organismo a base de extraños rituales. Y estamos más que acostumbrados a que cada mes surja una nueva dieta milagrosa basada en pautas absurdas y perniciosas.

Por eso les proponemos un juego: adivinen cuáles de estas atrocidades alimentarias existen y cuáles son una invención disparatada. Se darán cuenta de que, también en materia nutricional, la realidad también supera a la ficción.

1. La dieta de Adán y Eva: se trata, básicamente, de comer los alimentos que pudieron estar presentes en el Jardín del Edén. Hojas de árboles, frutas y cereales. Nada cultivado y, por supuesto, todo crudo. Se trata de una operación bikini extrema, tanto en el contenido como en la forma: la meta es poder lucir palmito llevando sólo una hoja de parra.

2. La dieta de la Gran Depresión: no se trata de comer hasta dejar el ánimo por los suelos, sino de emular las escasas rutinas de comida que adoptaban los campesinos americanos tras el Crack del 29: bacon una o dos veces por semana y maíz y avena rebozados en la grasa que ha dejado el bacon en la sartén el resto de los días. Primero fue el homeless chic, esa tendencia de moda que imitaba la indumentaria de los pobres, y ahora los más vanidosos también se sienten inspirados por su alimentación.

3. La dieta Proust: el célebre escritor no comía magdalenas, sino croissants. Pero esta dieta no pretende mantener la línea a base de bollería, más bien al contrario: se trata de ver, oler y tocar productos hiperazucarados durante más de veinte minutos (y recordar el proceso) para crear el efecto psicológico de estar saciado.

4. La dieta nasal: especialmente indicada para novias que deben caber en su vestido el día de la boda, este sistema conecta la nariz y el estómago mediante una manguera. Los alimentos se inhalan, literalmente.

5. La dieta azul: según los expertos, este es el color que la mente humana nunca asocia con la comida. Ningún alimento es azul, por eso los seguidores de esta dieta echan colorante azul a sus alimentos e incluso se ponen gafas con cristales tintados en este color para suprimir el apetito.

6. La dieta del garmonbozia: se trata de una especie de maíz guisado que, además de energía, cuentan que desarrolla las capacidades cognitivas. Se come con las manos varias veces al día.

7. La dieta del pis: no hay nada más diurético que la orina de uno mismo. Guardar en un vasito el primer pis matutino, dejarlo macerar durante un par de días y bebérselo en ayunas depura el organismo, libera toxinas y equilibra las defensas.

8. La dieta del parásito: sin privarse de nada y con resultados sorprendentes. Consiste en comerse una tenia viva y dejar que esta, bien cobijada en el organismo, se alimente de tus alimentos.

9. La dieta Lebowski: también conocida como la dieta de la leche enriquecida. La clave reside en mezclar dicha bebida con cualquier tipo de sustancia líquida, preferiblemente alcohólica, aunque los licuados de verduras, frutos secos y patas fritas también son admitidos.

Soluciones

1. Más conocida como dieta Aleluya, fue inventada por el reverendo americano George Malkmus en la década de los 90 y seguida por muchos de sus feligreses.

2. Por ahora, y que sepamos, sólo existió en 'Las uvas de la ira' y en miles de campesinos nómadas que no tenían que comer.

3. seguro que hay algún chalado que la practica, pero el método Proust, además de nocivo, es puramente ficticio.

4. Se llama Ketogenic Enteral Nutrition, cuesta unos dos mil dólares y sí, hay gente que los practica.

5. Se puso de moda en Japón hace unos dos años, y hay empresas dedicadas a fabricar alimentos y accesorios azules para animar a sus acólitos.

6. Por ahora, el maíz sólo aporta poderes extrasensoriales a los espectros malignos que viven en la mente de David Lynch.

7. No sólo existe, sino que se trata de todo un movimiento global conocido como orinoterapia.

8. Conocida como dieta Tapeworn, y desarrollada por el doctor Killian Uttembers, la ingesta de parásitos fue una práctica habitual en el Hollywood de los 50. Se rumorea que María Callas era una de sus más fieles seguidoras.

9. Normalmente, los que siguen las enseñanzas del Nota, siguen acompañando sus Rusos Blancos con alimentos sólidos. Pero lo mejor es no dar ideas.

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